Nissan Silvia
Mad Max
Fabricante: Ken Toys
Escala: 1:24
Autor: David Alcaide
Los desiertos de Australia sirvieron para una de las sagas apocalípticas que estuvieron de moda en el cine en la década de los 80. Tratamos de Mad Max, donde su segunda versión nos mostraba un mundo post guerra nuclear, donde Mel Gibson luchaba por sobrevivir entre mugrientos, matándose por un litro de gasolina en interminables carreteras. Las monturas eran creaciones como si Meccano se tratase, composición de metal sobre monturas listas para el enfrentamiento con armas arcaicas como si carros romanos fueran.
Dicha imaginación quiso plasmar David Alcaide sobre un Nissan Silvia S-15, esta vez no le toca versión drift a esta base de Ken Toys en escala 1:24, es el turno del inframundo de un futuro no deseado.
Sobre un diorama terrenal desértico, fiel reproducción del paraje australiano, se presenta el frontal de acero. Su metálica y rudimentaria estética frontal propia del film, está formado por vigas y cuñas de acero, misión despejar del camino a enemigo que se enfrente o envestirle para echarle a un lado, es la supervivencia. Aun así quiere mostrar una forma deportiva, pero ello no evita darnos cuenta de que las ópticas no las posee, que sobre el capó no emerge una toma bestial de intercooler, sino un cañón rotativo de gran calibre y una luna delantera masacrada a balazos. Sin embargo posee la llegada de un ensanche en aletas, difuminado entre el óxido como si buen estilo rat fuera y la mugre acumulada.
Sobre el techo que se protege con barras antivuelco salidas al exterior, preside un cañón lanzallamas. En las ventanas no hay rejilla de goma como en el Nascar, no, enrejillado de soldadura como malla de encofrador fuera. La carrocería posee ensanche, la deportividad agresiva en su máximo exponente, pero si te fijas que en dicho tiempo tan desastre posee llantas, también te saltará a la vista los neumáticos perforados por clavos. Las taloneras en chapa son más apreciadas que las de fibra, pero tubos de jaula de protección destinada a generarla es rizar el rizo en busca de evitar el impacto lateral ajeno. Su carrocería luce golpes de embistes, cicatrices de guerra.
La zaga es muy de preveer que será atacado al huir, planchas de acero de gran grosor presiden las cotas media y baja, aún en esta situación busca la estética, mientras en la cota superior la luna fue sustituida por una lámina de acero, ya perforada por balazos de gran calibre y la llegada de las barras antivuelco se hacen presente. Esto es Tuning en escala apocalíptico, el Tuning si alguien pulsa el botón rojo.