Hot Rod

Artesanal

Escala: 1:18

Autor: Jorge Ruiz



Los “Hot Rods” son típicamente autos americanos antiguos, clásicos o modernos con motores grandes modificados para una velocidad más rápida. El origen del término «hot rod» no está claro. Por ejemplo, algunos afirman que el término «caliente» se refiere al vehículo robado. Otras historias de origen incluyen reemplazar el árbol de levas o la «varilla» del motor con una versión de mayor rendimiento. Todavía existe una vibrante cultura de hot rod en todo el mundo, especialmente en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Suecia. La comunidad de hot rod ahora se ha subdividido en dos grupos principales: street rodders y hot rodders.

Con una maqueta completamente diferente, ya sea por su modo de fabricación desde cero o por el resultado, es un foco de miradas que Jorge se ha trabajado a conciencia ultimando hasta el más mínimo detalle. El chasis soporta una estructura de madera, si, lo habéis leído bien, de madera; que en su conjunto forma el habitáculo. La parte frontal presenta una rejilla metálica decorada en color negro típica de los coches tipo de los años 20, pero tras de sí no se encuentra ninguna tapa que oculte el motor. El motor de grandes dimensiones sobresale gracias a su sobre alimentador que corona la parte superior del motor, dejando las salidas de escape laterales directamente desde los conectores, desembocando en la parte frontal del vehículo a ambos lados. El chasis esta modificado y rebajado para que el conjunto de la suspensión permita que surque el suelo a escasos milímetros del mismo. Ruedas de tamaño gigante con una estética muy marcada gracias a los neumáticos de caucho negro y perfil blanco típico de estos modelos, que junto a las llantas de color bronce y sus 4 tornillos de forma espigada destacan de manera notable. El habitáculo cuenta con dos puertas, que se abren de manera invertida, es decir monta puertas suicida. Detalles cromados en los perfiles de los cristales, espejos y los faros, junto a un techo con una visera frontal a modo de parasol realzan la esencia del modelo. La parte trasera ubica dos luces de posición de forma cónica en color rojo dejando protagonismo en su plano trasero a la pintura de la carrocería. Pintura con flakes rojos de gran tamaño con acabado espejo, un trabajo de pintura impoluto.

Para los interiores se ha seguido el mismo esquema, todo artesanal. Suelo de madera a juego con los asientos tipo semibaquet y el salpicadero detallado, reposabrazos central tapizado en el mismo color con detalles bordados con hilo rojo en forma de rombo. Y detalles cromados como la palanca de cambio o el freno de mano que destacan junto a los pocos botones que se presentan en el salpicadero.

Un trabajo meticuloso y perfeccionista digno de ser visto en primera persona, Enhorabuena Jorge, ¡gran trabajo!.